2/11/10

FERNANDO


No se entendería hablar de Fernando Reyes Avilés y su paso por esta vida, sin hablar de nuestro querido pueblo de Quilicura.
Hay un enlace de historias y de afectos entre algunas peronas y su terruño.
Los niños y jóvenes que se encuentran acá, no podrían entender las emociones de nosotros los adultos, sin conocer un poco de la reciente historia de Quilicura y su gente.
Entonces tenemos que volver nuestra mirada hacia el pasado, hacia los años cincuenta y los años sesenta.
Por entonces, Quilicura era un apacible pueblo con caracter provinciano, al estilo de los pueblos del sur de Chile por esa misma época.
En términos simples, la gente era sencilla , solidaria, amistosa y buena. En aquellos años, nuestro pueblo no tenía mucha población y todos nos reconocíamos fácilmente, eran escasos los vehículos y pasadas las nueve de la noche, una paz de campo reinaba en las calles solitarias y oscuras y también en los hogares de los vecinos.
Los jóvenes de ayer, de familias numerosas y humildes eran muy tranquilos.
Vivíamos en torno a nuestras familias, a la Iglesia, al folklore y al fútbol.
Sin embargo, el mundo estaba cambiando y los ecos de la música y el florecer del pensamiento llegaban hasta nosotros de muchas maneras.
En esos años, a fines de los cincuenta, en Quilicura, el fútbol como deporte, era una verdadera pasión y la gloria del triunfo o la amargura de la derrota eran comentarios obligados durante la semana.
Fue la época dorada de este deporte, no sólo en Quilicura, sino también en el país. Precisamente por eso, en el año 1962 , Chile organizaba el campeonato mundial de fútbol.
Y este torneo mundial lo pudimos vivir los apasionados del fútbol a través de la transmisiones radiales, que se escuchaban por todos los rincones y que animaban toda nuestra imaginación.
Sin duda, con toda seguridad Fernado hablaría siempre con sus hijos y sus sobrinos sobre estos acontecimientos.


Nuestra comuna, en este sentido, tenía una rivalidad muy marcada.
Este mismo pueblo, para aquellos jóvenes, eran los territorios del fútbol de los equipos más antiguos.
Hacia el sector oriente, estaba el club "Colonia" y el "Ferroviarios".
Hacia el poniente era el deportivo "San Luis".
Años después se incorporó el club "Unión Parcelas", la "Villa Gildemeister" y el "Defensor".
En el sector "pueblo", había dos poderosas Instituciones, el club "Condor" y el "Biblioteca"
Todos estos clubes, eran los que desataban las más ardientes pasiones en todos nosotros. Los domingos se engalanaban de fútbol , de gritos, de lucha, de fragor, y de rivalidades.
Así transcurría la vida entre nosotros: no teniendo nada , éramos inmensamente felices, nos bastaba una pelota vieja y un espacio donde se iniciaban las interminables "pichangas".
Siempre había un lugar donde "jugar a la pelota".
Fernado Reyes Avilés, había nacido en Chillán en el año 1943, hace poco , el dos de enero, había cumplido los sesenta y tres años.
Su madre, la Señora Natividad y su padre, Don José Florentino, inculcaron en él, los valores del respeto y la responsabilidad desde muy pequeño.
La señora Natividad, ferviente devota de la Iglesia y la Virgen del carmen, seguramente forjó en Fernando su veneración por la imagen de la virgen y su amor por la Misa dominical y por todas las festividades de la Iglesia católica .
Creció en Quilicura con sus hermanos Carmen, Lidia y Robinsón, dedicados siempre al deporte, fanáticos del fútbol y del básquetbol.
Como un estigma de lo que sería su vida, el vivió su infancia en la antigua Escuela número 165, enclavada en el corazón de la calle Vergara, y desde allí, siendo muy joven inició su vida laboral como auxiliar.
Esta función la realizó también en la Escuela Número 386, hoy El Mañío, en el local de la Escuela  336 y en el Complejo José Miguel  Carrera.
No eran muchas las aspiraciones que tenía.
Sus sueños eran tener una casa, una familia y unos hijos a quienes transferir la fe.
Sin duda que su mayor entretención y la pasión de su vida fue el fútbol que desde pequeño le hizo disfrutar del rocío , de los pies descalzos y de una pelota de fútbol.
El club deportivo "Biblioteca", había sido fundado en noviembre del año 1931, y fue la gran Institición que cobijó a los jóvenes del sector "Pueblo".
Era otra forma de vida, otros valores, otros anhelos, otra juventud a quienes para disfrutar y compartir les bastaba el grupo de amigos en el almacén de Valentín.
Y en este ambiente del fútbol, Fernando Reyes , fue brillante, protagonista de gloriosas tardes domingueras, de grandes triunfos, de inolvidables goles. Los niños de entonces lo convirtieron en un verdadero ídolo local y sus poderosos remates eran el deleite para la "hinchada verde".
Los adversarios sabían que era el delantero más aguerrido y más peligroso que tenía el club Biblioteca.


"Camioneta", como le decíamos cariñosamente, podía desequilibrar cualquier partido y era la carta de triunfo para su equipo en aquella época de los sesenta. Comentario obligado durante la semana en el bus, en las esquinas y en las pichangas.
Fernando cumplía con sus labores de auxiliar y cuidaba de su madre.
Generaciones de niños y jóvenes le vieron siempre con un enorme espíritu de servicio solucionando problemas, portando acá y allá un inseparable "manojo" de llaves.
El día 08 de junio del año 1979, contrajo matrimonio con Beatriz Zuñiga, profesora del Mañío.
Sus dos hijos Fernado y María Fernanda, saben de los valores, de la dedicación , del respeto y del cariño de su padre.
Excelente padre, excelente esposo, excelente trabajador, excelente amigo, funcionario de admirable disposición.
La vida llegó con la factura, de la enfermedad ya no se recuperaría.
No obstante su lucha por ser el mismo de siempre, al cabo de un  tiempo, Dios le había preparado este desenlace.
Ayer , 28 de mayo, en la madrugada, su vida se extinguió.
Pero parte de nosotros también se extinguió junto con él.
Se van algunas hojas de esta historia , se va nuestra infancia y nuestra juventud porque hay uno menos entre nosotros. Acá en nuestro pueblo, querido e inolvidable Fernando, nos vamos quedando solos.
Serán tus hijos y los hijos de nuestros hijos, los que un día nos escucaharán hablar del Biblioteca, de Fernado y de tantos otros que partieron o que partirán.
Acá , como ha dicho tu esposa, ha germinado un jardín para decirte adiós.
Dios nuestro Padre y la Virgen María te esperan en el cielo.
Tu ya sabes de esto.
Hasta siempre.
No te olvidaremos, me encargaré de eso.

Primera serie de BIBLIOTECA FC. 1963

1 comentario:

  1. Mi tatita siempre me contaba las historias de quilicura. Cuando el futbol.se convertia en un paseo familiar y todos la pasaban bien. Faltan fotos de club defensor. Al que pertenecia mi tatita Alfredo Arce.

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