26/10/10

DALILA : PÉTALOS DEL ROSARIO

Ha venido la primavera sobre nuestro suelo.
Allá en tu casa pobre y pequeña,
estarán revoloteando pajarillos y mariposas.
Como siempre ocurre en los días de septiembre
el aroma de las flores, las acacias y los aromos
inunda cada rincón de nuestro pueblo.

El perfume de la primavera viene desde el sur,
atravesando nuestros cerros y posándose sobre tu esquina:
es la añosa casa de adobes,
la del enrejado maltrecho
la de la puerta de madera
la misma donde el tiempo se detuvo
y no quiso deshacerse de los viejos álamos.

Entonces vuelvo a mi infancia
para recorrer tu patio y entrometerme
en la intimidad de tu hogar, donde éramos felices:
tu visitando cada una de las plantas floridas,
abriendo surcos para que el agua hiciera el milagro
de bendecir las uvas, de bendecir la hierba
de bendecir los árboles frutales.
( y nosotros en nuestros juegos de niños,
entre risas y travesuras con la inocencia del campo,
incontaminados
divirtiéndonos
con las pequeñas cosas.)

¿ Recuerdas..?
Es el pan amasado que compartíamos a la media tarde,
es el tazón de té bajo el corredor
y tus reproches,
y tus palabras de ayer
para hablarme de tu pequeña familia
la que tenías en tu corazón,
como un tesoro.

Tal vez pensaste que olvidaría aquellos días de niño,
hojeando los viejos libros ilustrados
u olvidaría tu imagen zurciendo calcetines,
secando las frutas
entonando canciones idas y olvidadas.

Tal ves pensaste que tenía en el olvido
ese relato del ángel que irrumpe el sacrificio
de un padre de barbas blancas y
su pequeño niño tendido sobre la leña...

Ciertamente hoy la primavera llega y se ha posado sobre tí.
Estarás de blanco frente al coro de los ángeles
hermosa y radiante , como tu corazón generoso,
sin entender porque Dios te pone a su derecha
sin entender porque se ha tersado tu piel y
tus manos recobran la suavidad de antaño,
cuando acariciaste mi cabeza
y con dulzura de madre,
tejiste para mi un chaleco de negra lana.

Tal vez pensaste que olvidaría aquellos días de infancia,
corriendo por tus patios o
calentando mis manos húmedas en el brasero,
al centro de la vieja casa.

Tú eras parte del paisaje de mi pueblo que
deshoja lentamente, como mi padre,
en invierno,
las ramas del calendario.
Estoy seguro que eres uno de los pétalos
con el que se construye por los siglos de los siglos,
entre perfumes y rosas,
la estrecha puerta del cielo que hay para nosotros
allá en el paraíso eterno.
es la añosa casa de adobes,                                          Casa de la señora "Lila"
la del enrejado maltrecho
la de la puerta de madera


3 comentarios:

  1. hermoso poema,de marzo a diciembre trancito diariamente por ese lugar,y siepre me pregunte quien vivio en aquella casa de adobe,aunque ahora ya no exista, me alegra saber algo de su historia.

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  2. Mario, como no recordar a la abuela LILA, sus pasos, su cariño y me alegro que quede plasmado de esta forma y obvio falto el TATA??

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  3. soy rocío sepulveda nieta de soledad belmar hija de pamela aburto me dio melancolía ver la foto de la abuela lila me acorde de muchas cosas cuando iba a su casa a ver a ella y al tata fernando y sacábamos uva y membrillo con mi hermano que hermosos recuerdos tio mario falto la abuela raquel me da melancolía recordar mi niñees dejado del la higuera de la abuela raquel

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