2/9/10

Familiares, parientes y amigos de JUAN CASTRO



No hace mucho tiempo, apenas un par de semanas, intercambié unas palabras con Juan Castro. Ni siquiera lo había reconocido, ni sabía quien era, pues tenía un recuerdo de la infancia que era distinto.
Pero en esta ocasión, rememoré un poco esta historia y sin saberlo la puse en mi mente.Sería un egoísmo de mi parte no compartirla con otros.
De Juan Castro de hoy, realmente se muy poco, cai nada. Acá tal vez estarán su hijos, sus sobrinos y sus hermanos que los conozco bien.Apenas me enteré ese día que era un trabajador del área de educación y que estaba en un colegio. Soy sincero con esto, porque en el fondo estas palabras no están centradas en él , sino en una generación completa,en una familia y unos vecinos, en un barrio de Quilicura que hoy no existe, pero quiero que esté presente en todos nosotros.
En el centro del antiguo "pueblo",de Quilicura, estaba la calle de Los Carrera, aún está ahí y es casi la única que ha mantenido como su identidad, tiene que ver con las acacias y con el silencio de sus vecinos.
La calle Los carrera, terminaba en la esquina de Guardiamarina Riquelme, a la que la gente le denominaba como "la calle de los perros", todos la llamábamos así.
He pasado esta mañana por ahí y nada es igual, todo está cambiado y la fotografía que tenemos los antiguos de ese lugar ya no existe.
En esa esquina,en una pequeña casita enrejada con alambres vivía la familia Castro Sagredo, la Señora Estela y Don Juan , con sus hijos...
Era un hermoso barrio, todos nos conocíamos, todos nos saludábamos, todos nos queríamos, todos nos cuidábamos, porque nosotros las familias de entonces era lo único que teníamos, no teníamos más información del mundo, no había televisión , no había comercio, no había teléfonos, ni en sueños existía la INTERNET.
Los vecinos, la calle, los amigos, ese era el mundo para nosotros, especialmente para los niños de esa época.
Nuestro barrio era florido en la primavera y el perfume de las plantas silvestres venía desde el cerro. Nuestro barrio era muy caluroso en el verano, de tal manera que durante el mediodía nustro barrio se veía vacío.
Mis padres habían llegado a la Calle Los Carrera, a fines de los años cincuenta, y ya, la familia Castro Sagredo estaba en aquella esquina. Ellos, como las otras familias vecinas formaban y construían este paisaje. Ellos como todos nosostros : amábamos Quilicura
Allí vivía Juan Castro, el hijo mayor de la familia, pero para los "chiquillos" de entonces, también fue como nuestro hermano mayor, ese el recuerdo que yo he guardado, porque yo era uno de esos niños. Juan era un joven que no jugaba fútbol, no era bueno para la pelota. Se deleitaba mirando como nosotros corríamos y jugábamos durante horas interminables...detrás de una pelota vieja o detrás de la pelota hecha de trapos.
El cuidaba de todos nosotros, siempre estuvo allí vigilando nuestra infancia en el barrio de Los Carrera o en alguna improvisada cancha de fútbol, mirando la hierba, los álamos, el pasto verde o las flores silvestres.
Todos nosotros, la gente de ayer, llevamos marcado el amor a la tierra, a las plantas, a las flores, al campo, a los animales.
Por eso, a quien le podría extrañar que Juan trabajara con las plantas, esa es nuestra vida, las plantas que nos regala la tierra, son como consuelo permanente para todos nosotros y casualmente yo escuché que alguien le encargaba unas plantas a él.
Seguramante que las querría y las cuidaría con enorme paciencia, siempre será así...
Esta familia Castro Sagredo, lleva en si, nuestra historia, la frágil historia de ese Quilicura nostálgico, de calles oscuras, de campesinos, de carretones, de pájaros y flores.
Un día cuando alguien recoja todas estas pequeñas historias, esta familia Castro como muchas otras serán la mejor crónica de Quilicura; y los hijos de nuestros hijos llevarán marcado en su ADN, el amor al campo a las plantas y a la tierra.
Lleva mi saludo y el de mi familia a través de la eternidad a tu madre, de quien no me despedí...














Maria Castro: al fondo el sitio de G. M Riquelme

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